Caminar entre gigantes, crónica de una Estrella
- Redacción
- hace 40 minutos
- 4 Min. de lectura
Brilla Mercedes-Benz Autobuses en la exposición de vehículos comerciales más grande de América Latina, que rompió récord de asistencia en Guadalajara.

No todos los días se tiene la oportunidad de caminar entre gigantes. Y menos cuando esos gigantes llevan una Estrella de Tres Puntas que brilla, forjada con historia, tecnología y orgullo. Al cruzar las puertas de Expo Guadalajara, llegué con una pregunta clara: ¿cómo ha logrado Mercedes-Benz Autobuses mantenerse como el referente absoluto del transporte en México, año tras año desde hace 27 años?.
Apenas puse un pie en el Salón Guadalajara, lo sentí: no era un stand… era un manifiesto. Más de 1,600 m2 convertidos en una experiencia de diseño, luces impresionantes, texturas modernas y espacios abiertos donde cada rincón hablaba un idioma universal: el futuro de la movilidad. No se exhibían autobuses; se presentaba el futuro de la movilidad y lo que se denomina en Alemania: La Década del Autobús.

Frente a mí, seis modelos alineados no sólo como vehículos, sino como respuestas concretas a las necesidades de millones de pasajeros en México: urbano, turístico, escolar y personal. Todos con el sello que hoy define la movilidad sustentable: la tecnología Euro 6, acompañada de sistemas como Blue EFFICIENCY Power, SCR con AdBlue®, filtros de partículas y recirculación de gases, que reducen emisiones sin sacrificar potencia ni rendimiento. Cada unidad era una promesa cumplida: eficiencia, conectividad, accesibilidad universal y una visión clara hacia la electrificación.
Entre la multitud, un protagonista imponía silencio con su sola presencia: el Urbanuss E–Pluss S6 con chasis eO500 U 2134, el primer autobús 100% eléctrico de Mercedes-Benz Autobuses en México. Lanzado a inicios de este año, no estaba ahí para ser visto, sino para anunciar una nueva era. Su sola existencia marcaba un punto de no retorno: la electromovilidad ya no es aspiración, es decisión. Es compromiso con rutas limpias, ciudades sostenibles y una movilidad que necesita evolucionar no mañana, sino hoy.

Y mientras avanzaba, una frase empezaba a repetirse, como un latido constante entre colaboradores del propio stand… Customer Centricity: soluciones, movilidad e innovación. Lo interesante era que no sonaba a discurso; se veía materializada. Había producto inteligente, pero también servicio consciente: más de 80 puntos de atención postventa en México, alineados con una red que no solo atiende, sino acompaña. Había financiamiento, pero integrado en un ecosistema estratégico donde
Mercedes-Benz Autobuses, Daimler Truck Financial Services y su Red de Distribuidores funcionan como una sola máquina, pensada para generar confianza, rentabilidad y permanencia. Aquí la venta no termina con la entrega de una unidad; ahí empieza la relación cercana con los clientes.

Seguí recorriendo el espacio y la sensación era clara: estaba frente a un equipo de embajadores silenciosos, listos para recorrer miles de kilómetros. Cada uno con innovación en su motor, historia en su diseño y conectividad en su ADN. Cada experto respondía sin prisa, con la seguridad de quien no vende características, sino resultados. Y entre el aroma a café recién hecho y conversaciones técnicas, comprendí con claridad que el verdadero motor de esta marca alemana es la confianza, que sin duda alguna por eso han alcanzado los 28 años de liderazgo.
Otro aspecto que me impresiono fue que, frente al escenario principal, la gente se detenía, teléfonos videograbando, medios de comunicación preparándose. Era momento de entregas simbólicas: desde una unidad hasta flotas completas. No eran actos protocolarios, eran pactos públicos de confianza. Y como cierre perfecto, un momento que arrancó aplausos genuinos: la marca recibió el distintivo “Hecho en México” por parte de la Secretaría de Economía, del gobierno mexicano. Un reconocimiento que representa empleo, industria, comunidad y orgullo nacional. Un recordatorio de que estos gigantes también nacen aquí.

Así llegó la respuesta a lo que me preguntaba al iniciar el recorrido. Antes de salir, escuché la frase que selló todo lo vivido. Holger Dürrfeld, CEO de Daimler Buses México, junto con Raúl González, Director de Ventas, Postventa y Mercadotecnia, la pronunciaron con la claridad: “Cada kilómetro recorrido es un compromiso renovado con quienes confían en nosotros.” No es marketing. Es pacto. Es cultura de calidad. Es la explicación de por qué después de tantos años, la Estrella de las Tres Puntas no solo lidera; inspira, conecta, se reinventa y sobre todo, cumple sus compromisos.
Finalmente, mientras caminaba, escuché a algunos colaboradores comentar que el stand había sido construido con acero trabajado junto a proveedores comprometidos en darle una segunda vida a cada material. Me sorprendió saber que las alfombras, por ejemplo, no terminarán en un contenedor: serán recicladas y convertidas en camas para mascotas. Y al recorrer los pasillos, noté que los árboles reales no solo decoraban; parecían respirar con nosotros, trayendo frescura y un pedazo de naturaleza que hablaba del mismo propósito. Nada se desperdicia; todo se transforma. Y ahí lo comprendí aún mejor: la innovación no está solo en los autobuses, también en la manera en que se construye cada experiencia que los rodea.

Así entendí que la respuesta no está solo en la tecnología, ni en los motores, ni siquiera en los vehículos. Está en algo mucho más poderoso: un legado que escucha, que innova y que cumple lo que promete. Por eso, su pasión por servir los hace, como los colaboradores de Mercedes-Benz Autobuses dicen, somos iMBAtibles.
Al salir del salón, volteé por última vez hacia la estrella que brillaba sobre esos gigantes inmóviles, como si me despidiera antes de volver a conquistar caminos reales. Y en ese instante lo tuve claro: Mercedes-Benz Autobuses no solo mueve pasajeros, mueve historias, mueve ciudades… mueve a México. Porque cuando la confianza es el motor, cada kilómetro no es un destino, es un compromiso renovado.

















